viernes, 24 de mayo de 2013

Dificulta la formación El «relieve social» de algunos sacramentos, «un serio problema pastoral»





Es una de las advertencias de los obispos en su documento para coordinar a la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe

ReL  


"Quienes trabajan en la catequesis con los niños y los jóvenes destacan la dificultad que encuentran para contribuir eficazmente con estos procesos a la deseada iniciación cristiana. Muchas veces, en el origen de esta dificultad está la relación entre dichos procesos y la celebración de los sacramentos. La Iglesia celebra los sacramentos que suponen, expresan y acrecientan la fe y, en consecuencia, un serio proceso de formación y preparación, mientras que muchos de los convocados desean el rito sacramental principalmente por su relieve social. Este desajuste entre la propuesta de la Iglesia y el deseo de muchos candidatos constituye un serio problema pastoral".

Ésta es una de las reflexiones de los obispos españoles (especialmente oportuna ahora que estamos en tiempo de Primeras Comuniones) en el documento que ha dado a conocer la Conferencia Episcopal con sus Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe.

La emergencia educativa
El texto, elaborado por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis que preside Casimiro López Llorente, obispo de Castellón, recibió el visto bueno definitivo el pasado 25 de febrero en la última Comisión Permanente y fue dado a conocer este lunes.

El documento acoge las orientaciones de Benedicto XVI sobre la “emergencia educativa” y busca "ayudar a los padres de familia en su difícil y hermosa responsabilidad de educar a sus hijos; a los sacerdotes y catequistas en las parroquias en la paciente y apasionante misión de iniciar en la fe a las nuevas generaciones de cristianos; así como a los profesores de religión en los centros de enseñanza, estatales y de iniciativa social, católicos o civiles, preocupados y entregados a la noble tarea de formación de niños y jóvenes”.

El cambio de mentalidad social
El primer capítulo comienza analizando los distintos factores que hoy “son signo y causa de un radical cambio de mentalidad respecto al valor de lo recibido por herencia y tradición” (dispersión, fragmentación de la persona, modelos de referencia poco consistentes, etc.). Todo ello ha repercutido de manera significativa en los lugares de transmisión de la fe: familia, escuela, ambiente, e incluso, en grupos de identidad eclesial. “Más allá de la resignación, el lamento, el repliegue o el miedo, los Papas alientan a la Iglesia a revitalizar su propio cuerpo, poniendo en el centro a Jesucristo, el encuentro con él y la luz y la fuerza del Evangelio”.

“Estamos persuadidos", subrayan los obispos, de que "los niños, adolescentes y jóvenes poseen un gran depósito de bondad, de verdad y de belleza que los antivalores reseñados no pueden ocultar ni destruir. De hecho se advierte una sed generalizada de certezas, de valores y de objetivos elevados que orienten la propia vida”.

La escuela: una exigencia de comunión eclesial
Los obispos recuerdan el papel especial e insustituible que los laicos cristianos tienen en la comunicación de la fe, así como la importancia de que el empeño educativo se realice en comunión al servicio de la misión.

En particular, la escuela católica “debe ser un referente educativo no solo en su acción formativa, sino en el testimonio de las personas consagradas y profesores cristianos laicos. Este testimonio solo será eficiente si se realiza dentro de la espiritualidad de comunión eclesial”.

Iglesia doméstica
Con la clásica caracterización de la familia como "iglesia doméstica", los obispos animan a los padres como "principales y primeros educadores... La iniciación en la fe cristiana es recibida por los hijos como la transmisión de un tesoro que sus padres les entregan, y de un misterio que progresivamente van reconociendo como suyo y muy valioso. Los padres son maestros porque son testimonio vivo de un amor que busca siempre lo mejor para sus hijos, fiel reflejo del amor que Dios siente por ellos”.

Como “iglesia doméstica” que es, la función educadora de la familia no se queda en el testimonio, de por sí imprescindible, sino también en la presentación de los contenidos de la fe, adecuados a la edad de los hijos, y en ser el marco propicio donde se descubran, asuman y practiquen las virtudes cristianas, más aún en un ambiente social desfavorable.

Una visión global del mundo y de la vida
La enseñanza cristiana debe presentar el mensaje cristiano "en sus elementos fundamentales, en forma de síntesis orgánica y explicitada de modo que entre en diálogo con la cultura y las ciencias humanas, a fin de procurar al alumno una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo, y abrirle desde ella a los problemas del sentido último de la vida”.

La religión no es solo una realidad interior, aunque esto para el creyente sea lo decisivo; la religión ha sido a lo largo de la historia, como lo es en el momento actual, un elemento integrante del entramado social humano y un ineludible hecho cultural. “Por ello, los contenidos fundamentales de la religión dan claves de interpretación de las civilizaciones. Y si la religión es un hecho cultural importante que subyace en el seno de nuestra sociedad, es evidente que su incorporación a la escuela enriquece y es parte importante del bagaje cultural del alumno”, afirma el texto.

Frente a algunas voces que cuestionan la presencia de la religión en la escuela, en el texto se ofrecen algunos motivos que autorizan su presencia, como son por ejemplo el hecho de que sea necesaria para “comprender la civilización europea en la que estamos sumergidos”, el que esta enseñanza, bien realizada, “favorece la unidad interior del alumno creyente”, y el hecho de que “brinde al alumno motivos para vivir, le ofrezca valores morales a los que adherirse y le indique caminos para orientar su comportamiento”.

Enseñar para evangelizar
Por último, la enseñanza de la religión tiene también una evidente dimensión evangelizadora. “Siguiendo las orientaciones de Benedicto XVI, hemos de subrayar que la enseñanza religiosa, lejos de ser solamente una comunicación de datos fácticos, informativa, la verdad amante del Evangelio es creativa y capaz de cambiar la vida, es performativa. Por ello, esta materia no puede reducirse a un mero tratado de religión o de ciencias de la religión, como desean algunos; debe conservar su auténtica dimensión evangelizadora de transmisión y de testimonio de fe. Por ello, los profesores deben ser conscientes de que la enseñanza religiosa escolar ha de hacer presente en la escuela el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes, haciendo posible el discernimiento de la cultura que se transmite en la escuela y respondiendo a los interrogantes de los alumnos, en especial a la gran pregunta sobre el sentido de la vida”.

El papa Francisco alerta del peligro de ser "cristianos de museo" pasivo...

jueves, 23 de mayo de 2013

Mis días con Bergoglio


El autor de este artículo, Jorge Rouillón, es columnista y está especializado en cuestiones religiosas y culturales; en él narra sus recuerdos personales del Papa Francisco cuando era el arzobispo Jorge Bergoglio.


23 de mayo de 2013
Jorge Rouillon // Diario Los Andes (Mendoza, Argentina), 12 de mayo de 2013

Opus Dei - Jorge Rouillon es abogado y licenciado en periodismo. Preside el Club Gente de Prensa.
Jorge Rouillon es abogado y licenciado en periodismo. Preside el Club Gente de Prensa.
Una vez le pedí al cardenal Jorge Bergoglio si podía rezar porque en esos días me darían el resultado de un estudio médico de próstata y había posibilidad de que fuera algo maligno. El resultado fue bueno y me olvidé del asunto. Dos o tres meses después, me crucé con el arzobispo de Buenos Aires. Al verme me preguntó: "¿Tengo que seguir rezando?" Tuve que pensar qué era lo que me estaba preguntando. Se ve que él seguía teniendo presente en su oración personal lo que para mí mismo había pasado a segundo plano.

Son muchísimas las personas que pueden dar cuenta del interés, la escucha, la atención personal, la cercanía que les ha brindado ese cardenal sencillo, habituado a andar en subte o en ómnibus, a levantarse al alba y acostarse temprano, a visitar a enfermos y necesitados sin hacerse notar, a encontrarse con vecinos de villas de emergencia sin salir en los medios de comunicación. Ese cardenal que ahora se ha visto llamado desde "los confines de la tierra" para ser obispo de Roma y así cabeza visible de la Iglesia Católica en todo el mundo.

Soy periodista y durante años he tenido a mi cargo una columna semanal de actualidad religiosa en La Nación, diario de circulación nacional. Nunca he tenido con él una larga entrevista personal, porque nunca las ha dado (sólo recuerdo una nota con preguntas y respuestas concedida a chicos periodistas de una revista católica juvenil, y una reunión de prensa con unos quince corresponsales extranjeros en 2001, de la que no participé).

Me parece que sólo estuve en su despacho y sus habitaciones el día en que lo nombraron cardenal, en que recibió la noticia con toda sencillez, en soledad, luego de haberse preparado su propia comida. Pero son muchas las veces en que he coincidido a la entrada o la salida de actos, en visitas a hospitales, hogares o iglesias, en recepciones o encuentros. En verdad, no es afecto a las reuniones sociales y si tiene obligación de asistir y le es posible se va pronto, pero es atento, cordial, dispuesto a escuchar. Lo he visto servir empanaditas, café o un refresco a su interlocutor (algunas veces, yo mismo). Y he advertido siempre un trato afable, fresco, sin vueltas.

Recuerdo un día en que se celebraba el Día del Periodista en un salón del arzobispado de Buenos Aires. Quizá haya habido bastante más de un centenar de colegas. El director de un diario que podría considerarse bastante alejado de su pensamiento y del cual ha recibido no pocos cuestionamientos, avisó que se había retrasado y llegaría tarde. Contrariando su costumbre de retirarse temprano de cualquier reunión, Bergoglio se quedó sentado esperándolo mucho.

Quizá bastante más de una hora después de que casi todos se habían ido. Cuando llegó lo atendió con toda deferencia, sirviéndole algún bocadito y manteniendo una conversación cordial, preguntándole por su familia, interesándose por sus hijos. Ambos charlaron amablemente. Y el cardenal nos agradeció a los tres o cuatro periodistas que nos habíamos quedado allí hasta que llegó ese colega, compartiendo la espera y el recibimiento.

Ciertamente lo vi muchas veces, como otros periodistas, en breves conferencias de prensa al concluir asambleas de obispos del país o en actos oficiales, universidades, congresos académicos. Lo he visto lavar los pies a madres embarazadas en una maternidad pública, enfermos en un hogar de ancianos, chicos en un hospital de niños.

Viene a mi memoria un sucedido de 1999. Hacía apenas un año que era arzobispo de Buenos Aires.

La puerta descascarada de la cárcel de Villa Devoto se abrió y un sacerdotede clergyman negro salió solo, con su portafolio, a la calle oscura. Era casi de noche, un Jueves Santo, e iba a tomar un ómnibus, el 109, para volver a su casa, en el centro de Buenos Aires. Salía de la cárcel donde había celebrado la misa para los internos y lavado los pies a doce de ellos. Había estado dos horas y media allí, conversando con los detenidos antes y después del oficio religioso.

En la vereda de esa calle desolada, al lado del enorme paredón de la cárcel, pude dialogar brevemente con él. "Quería que sintieran que la feligresía de Buenos Aires y Jesús estaban con ellos", comentó elsacerdote. Era el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, por entonces monseñor, dos años antes de ser hecho cardenal.

Cuando se iba, lo invité a volverse al centro en el auto del diario en el que yo había ido con un chofer. Agradeció pero dijo que se volvía en el ómnibus que pasaba por la esquina. Tuve que insistirle varias veces, diciéndole que íbamos para el mismo lado, hasta que finalmente aceptó subir.

Antes, en la vereda, deslizó en tono calmo, casi en voz baja: "Jesús en el Evangelio nos dice que en el día del Juicio vamos a tener que rendir cuentas de nuestro comportamiento: tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; estuve enfermo y me visitaste; estuve en la cárcel y me viniste a ver". Y señaló que "el mandato de Jesús nos obliga a todos y de una manera especial, al obispo, que es el padre de todos".

"Algunos podrán decir: son culpables -agregó Bergoglio-. Yo les respondo con la palabra de Jesús: el que no es culpable, que tire la primera piedra. Que cada uno de nosotros nos miremos en el corazón y descubramos nuestras culpas. Entonces, el corazón se nos hace más humano".

No hablamos demasiado en el viaje de vuelta con ese arzobispo poco dado a las entrevistas. Cosas normales, del momento. Al volver, pasamos cerca de un gran shopping e hizo un comentario al pasar sobre "los nuevos templos del consumismo".

No quiso que nos desviáramos unas pocas cuadras para dejarlo en la puerta de su casa. Se bajó en la calle peatonal Florida y se perdió entre la gente. Prefería ir caminando varias cuadras hasta la Curia aprovechando para meditar la tercera parte de los quince misterios del Rosario que reza todos los días. Luego iba a recorrer solo, a la noche, siete iglesias para adorar a Jesús Sacramentado, una costumbre que muchos católicos viven en la noche del Jueves Santo. Como cualquier otro fiel, el arzobispo iba a recorrer las iglesias sin que nadie lo esperara especialmente.

Al bajarse del auto me dijo: "Usted logró lo que no logró ningún periodista: tenerme apresado durante 40 minutos. Generalmente, yo les escapo". Seguramente no imaginaba entonces que unos años después iba a mantener una reunión, franca y amable, con unos 6.000 periodistas en Roma, a los que hablaría con soltura poco antes de otra Semana Santa.

Aquella noche, al despedirse, nos deseó, al cronista y al chofer: "¡Felices Pascuas!".

Por Jorge Rouillon - Abogado y licenciado en periodismo - Preside el Club Gente de Prensa

miércoles, 22 de mayo de 2013

Papa Francisco: "Para un cristiano progresar debe significar abajarse, servir a los demás"

Papa Francisco: "Para un cristiano progresar debe significar abajarse, servir a los demás"

Papa hoy

Articulo interesante ... y para reflexionar ... de info...


¿Por qué se enfadó Joaquina con la parroquia?

Joaquina se nos ha dado de baja en las misas. El caso es que sigue acudiendo a la capilla de la adoración perpetua, donde por cierto echa horas. Pero dice que a misa no vuelve, que se ha enfadado con la parroquia y que se acabó. ¿La razón? Que ella no está dispuesta a rezar a un Cristo de espaldas.
Hace ahora unos meses, con motivo de la inauguración de la capilla de adoración perpetua, decidimos comprar una cruz procesional para la parroquia, y adquirimos una de madera tallada y policromada que nos pareció suficientemente digna. En la foto se puede ver dónde está colocada: en un lateral del altar mayor y vuelta al celebrante de forma que este, en la celebración de la eucaristía, pueda fijar su vista en el crucificado. Nos pareció un lugar adecuado y el día que se inauguró la capilla de la adoración perpetua, en la celebración de la eucaristía previa, tras la procesión de entrada, ya se colocó ahí con el beneplácito del señor cardenal y de los sacerdotes concelebrantes.
Sí. Del señor cardenal, de los sacerdotes, de mucha gente… pero no de la señora Joaquina que ha decidido que ella no está por la labor de rezar a un Cristo de espaldas. Se lo hemos explicado, le hemos dicho que la iglesia tiene un enorme crucificado a quien rezar, y que la función de la cruz procesional va más bien dirigida al celebrante. Es igual. Que no y que no.
¿Por qué cuento esto? La verdad es que es una anécdota sin importancia, pero significativa de lo que es el mundo parroquial. De repente un día caes en la cuenta de que Fulanito y Menganita, habituales de la parroquia semana tras semana, han desaparecido. ¿La razón? ¿Misas sacrílegas, predicación inconveniente, abusos litúrgicos, insultos a los fieles? No. Las razones pueden ser mucho más simples. Apunto algunas:
· El Cristo de espaldas, como Joaquina
· Se te olvidó nombrar a su difunto en el memento
· Las flores: no gustan las azucenas
· Hace tres meses que no se pone en el altar mayor el mantel que regaló su madre
· La negativa a colocar ese centro de flores de plástico que regaló con tanto cariño
· La cabezonería del párroco que no quiere colocar en la iglesia ese niño Jesús de Praga de metro y medio que tenían ofrecido regalar
· Que lea Maripili, que le cae fatal
· Los de Cáritas, que dan comida a una vecina que no lo necesita, que lo sé yo
· Cantar la salve en latín, serán antiguos…
· No cantar la salve en latín, parece mentira
· Que pidas silencio en una celebración
· O que no lo pidas
· Que los bautizos tengan que ser en el día que quiera el cura
· No publicar en la revista de la parroquia la poesía de mi nieto
Basta en ocasiones una cosa así para que te hagan cruz y raya y nunca más. Pues qué se le va a hacer.

El Espíritu Santo y la Iglesia son inseparables.Catequesis del papa Francisco en el Año de la Fe


El Espíritu Santo y la Iglesia son inseparables

Catequesis del papa Francisco en el Año de la Fe.


Queridos hermanos y hermanas:

En el Credo, tras la profesión de fe en el Espíritu Santo, decimos: «Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica». Ambas cosas van juntas, pues el Espíritu Santo es quien da vida a la Iglesia y guía sus pasos. Sin él, la Iglesia no podría cumplir su misión de ir y hacer discípulos de todas las naciones.

Esta misión no es sólo de algunos, sino la mía, la tuya, la nuestra. Todos deben ser evangelizadores, sobre todo con la propia vida. Para ello es necesario abrirse sin temor a la acción del Espíritu Santo. En Pentecostés, el Espíritu Santo hizo salir de sí mismos a los Apóstoles y los transformó en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno entendía en su propia lengua. Así, la confusión de las lenguas, como en Babel, queda superada, porque ahora reina la apertura a Dios y a los demás, y lleva al anuncio de la Palabra de Dios con un lenguaje que todos entienden, el lenguaje del amor que el Espíritu derrama en los corazones.

El Espíritu, además, infunde la valentía de anunciar la novedad del Evangelio con franqueza (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar. Y esto, bien apoyados en la oración, sin la cual toda acción queda vacía y el anunciador carece de alma, pues no está animado por el Espíritu.
      
                         * * *

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, Argentina, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú y otros países latinoamericanos. Que todos nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, para ser verdaderos discípulos y misioneros de Cristo en la Iglesia. Muchas gracias.

© Copyright 2013 - Libreria Editrice Vaticana

martes, 21 de mayo de 2013

AVE MARIA

GRACIAS A TOD@S LOS COLABORADORES CON LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN DE LA CAPILLA-NUESTRA SEÑORA DE LODAIRO. La Virgen os lo recompensará. AVEA MARIA. Juntos HACEMOS PARROQUIA.
*******************ALABADO SEA JESUCRISTO***********************

AVE MRIS STELLA

Hemos terminado la Novena de Lodairo y la Cena-Baile. Agradecemos a todas las personas que han colaborado y lo están haciendo en estos momentos: Al grupo musical Aroma, a los que han trabajado en los preparativos, recogida etc de la Cena-Baile. al Casino progreso de franza. A la comisión de Obras de restauración de la Capilla... Sigamos en camino. La Virgen nos guía. AVE MARIA. Gracias también por los donativos...

HOY SAN VICTORIO EN FRANZA



HOY MARTES: SAN VICTORIO (Parroquia de Franza).

Este Martes a las 7 de la tarde en la Capilla de San Victorio (Parroquia de Franza), tendremos la Misa Solemne en honor al Santo y se dará a besar la reliquia al fiinalizar la Santa Misa.
Esta fiesta siempre se celebra el primer Martes después de Pentecostés. Canta e coro de franza

El Espíritu Santo



Homilía para la solemnidad de Pentecostés

La Liturgia ha escogido, como antífona de entrada de la Misa del Domingo de Pentecostés, unas palabras del libro de la Sabiduría: “El Espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido” (Sab 1,7). La persona inefable del Espíritu Santo, el Soplo de Dios, está en el origen del ser y de la vida de toda criatura. Él da consistencia al universo y es capaz de percibir los gemidos de la creación entera y nuestros propios gemidos interiores, que manifiestan el ansia de la redención (cf Rm 8, 22-23).
Para poder escuchar a Dios, para no ignorar ningún sonido que nos hable de Él, necesitamos el estímulo del Espíritu Santo. Los ojos, privados de la luz, no pueden ver. Los oídos no pueden oír, si el sonido no es transmitido por el aire. El olfato no puede oler si no hay aromas o sustancias que lo activen. San Hilario emplea esta comparación con los sentidos corporales para explicar que también nuestra alma necesita ser avivada por el Espíritu Santo para llegar al conocimiento de Dios: nuestra alma “si no recibe por la fe el Don que es el Espíritu, tendrá ciertamente una naturaleza capaz de entender a Dios, pero le faltará la luz para llegar a ese conocimiento”.
Dios nos habla en la creación, a través de la belleza del universo. Nos habla también en nuestro interior, y nos empuja a buscar la verdad y el bien. Nos ha hablado en Cristo, su Hijo, la Palabra encarnada, que se ha dejado ver y oír. Pero, para que podamos escuchar atentamente esta Palabra, y para que se conserve en nuestra mente y en nuestro corazón, el Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo: “Él será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho” (Jn 14,26).
El Espíritu Santo es, por así decir, la atmósfera que sostiene el diálogo del Padre con el Hijo. En ese diálogo, en la intimidad de la vida de Dios, nos introduce el Espíritu Santo. Él crea la sintonía adecuada para que nosotros podamos escuchar a Dios y podamos hablarle. Y ésta es la realidad de la Iglesia: la primicia de una sinfonía divina en la que logramos escuchar a Dios, que nos habla en Cristo, y en la que llegamos a entendernos unos a otros, como si cada uno hablase la lengua nativa del otro (cf Hch 2,1-11). Pentecostés es la fiesta de la creación y de la humanidad reconciliada en la Iglesia, en la que, si nos dejamos transformar por la fuerza del amor de Dios, no se nos escapará ningún sonido.
San Pablo, en la Carta a los Romanos, explica las consecuencias que, para cada uno de nosotros, entraña el haber recibido el Espíritu Santo: “Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: “¡Abba!” (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con Él para ser también con Él glorificados” (Rm 8,15-17).
En la celebración de la Eucaristía ese clamor que suscita el Espíritu Santo resuena en el cielo y se nos da, en anticipo, la herencia. Toda la creación amada por Dios es presentada al Padre a través de la muerte y resurrección de Cristo y, como proclama el prefacio de la Misa, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de la gloria de Dios, tres veces Santo.
Guillermo Juan Morado.

viernes, 17 de mayo de 2013

S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las Obras de Restauración de la Capilla de Nuestra Señora de Lodairo



RESERVAS PARA LA CENA BAILE en EL 

TELEFONO: 

*********(981 ) 46 04 27***********


Programa

Día y hora de la Cena-baile: Sábado 18 de Mayo a las 10 de la noche.

Lugar: Casino Progreso    de Franza.

Precio: 18€. Los fondos son para la restauración de la Capilla.  Tejado nuevo y Coro.
                                     
música a Cargo del grupo Aroma. (le agradecemos su colaboración desinteresada).

Menú de la Cena Baile:
1º Langostinos cocidos en dos salsas.
2º Sopa de Cocido.
3º Carne estofada.
4º postre.
vino, agua, refrescos, Café y chupito.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lodairo te llama¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


En estos momentos se está realizando el proyecto por un arquitecto y las obras se empezarán lo mas pronto posible. Si el tiempo lo permite y al tener todos los papeles listos. La capilla de Lodairo está registrada por patrimonio.

se pondrán por las distintas Parroquias de Bezoucos y  establecimientos los carteles que se están haciendo en estos momentos. En ellos figuran los datos y el teléfono para apuntarse.

Por dinero se llega a hacer cualquier cosa. Hasta a abortar a niños


 por Guillermo Juan Morado 

Informa Infocatólica de las atrocidades cometidas por el médico Kermit Gosnell, declarado culpable por asesinar a bebés recién nacidos en su clínica abortista.
El jurado necesitó, según parece, diez días de deliberaciones. Y, pese a eso, se sienten, los miembros del jurado, “estancados”, ya que no ven de modo evidente si ha habido delito en otros dos casos.
A mí todo esto me suena a fariseísmo, en el peor sentido de la palabra, a pura hipocresía, a fingimiento, a doblez.
Leyendo las noticias se deduciría que el mayor mal cometido por el Dr. Kermit Gosnell sería el de haber decapitado, o cortado la médula espinal, a los bebés “nacidos vivos”. Pero esos bebés “nacidos vivos” – alguno hasta en un inodoro – han nacido “vivos” pese al Dr. Gosnell.
Ni este “médico” ni las personas que acudieron a su “consulta” querían que los bebés naciesen. Y menos que naciesen vivos. Iban a lo que iban. Iban a matar. Y el Dr. Gosnell no defraudó. Aseguró la muerte de las víctimas, sin reparar en el detalle de que muriesen un poquito antes, o un poquito después, de salir del vientre de sus madres.
El Dr. Gosnell era un abortista eficiente. De eso no cabe dudar. Quien recurría a él salía con un cadáver en una caja de zapatos, o en el recipiente que fuese. Con un cadáver. De eso se trataba en suma.
¿Por qué condenar a este “médico”? Nada más que por salvar las apariencias. Todos sabemos, los médicos más, que abortar es matar. Todos sabemos que eso es horrible. Todos sabemos que eso no debería pasar. Pero, por egoísmo, las sociedades democráticas y avanzadas han pensado que se puede combinar lo no combinable: defender la vida y, a la vez, destruirla.
El mal químicamente puro, el mal sin disimulos, es demasiado mal para ser digerido. Una persona no desea abortar con el cargo de conciencia de haber matado. No. Desea abortar, o aprobar el aborto, o “comprenderlo”, con la buena conciencia de quien resuelve un problema grave. No con la mala conciencia de quien mata a un inocente.
No consta que el Dr. Gosnell haya perseguido a las embarazadas para resolverles el problema. Parece que han sido las embarazadas las que han acudido a su clínica-matadero y pagando, nunca gratis.
Y él ha cumplido. Ha hecho lo que se esperaba que hiciera. Matar. Un oficio muy rentable económicamente. ¿Le habrá costado algo matar al Dr. Gosnell? Quizá sí, las primeras veces. Luego, ya no. Y menos al ver cómo iba subiendo su cuenta corriente. ¿Qué más da otro más?
Esta peripecia del Dr. Gosnell pone en evidencia la falacia de la expresión “interrupción voluntaria del embarazo”. El aborto no es eso; no es interrumpir el embarazo. Con eso no se consigue nada. El aborto es matar. Y si es tardío, quienes apuestan por el aborto no dudan a la hora de escoger la muerte del feto o bebé – según muera dentro o fuera – antes de optar por un parto prematuro que, sin molestias para la madre, asegure la vida del niño.
Todo para vomitar. Si estas medidas leguleyas se aplicasen a otros supuestos – por ejemplo, “no es lo mismo violar a alguien con preservativo o sin él”; “mutilar a alguien en un hospital o en la calle” – el mundo, la sociedad, se levantaría en un grito unánime.
Guillermo Juan Morado.

Papa en una Misa en Casa Santa Marta


Misa del Papa en Santa Marta

Cuando los pastores se convierten en lobos

Obispos y sacerdotes que se dejan vencer por la tentación del dinero y de la vanidad del afán de hacer carrera, de pastores se convierten en lobos «que comen la carne de sus mismas ovejas». No usó medias tintas el Papa Francisco para referirse al comportamiento de quien —dijo citando a san Agustín— «toma la carne, para comerla, de la oveja, se aprovecha; hace negocios y está apegado al dinero; se convierte en avaro y también, muchas veces, en simoníaco. O se aprovecha de la lana por vanidad, para vanagloriarse».
Para superar estas «auténticas tentaciones» obispos y sacerdotes deben rezar, pero necesitan también de la oración de los fieles. La oración que el Pontífice mismo pidió el miércoles 15 de mayo por la mañana a quienes participaron en la celebración de la misa en la capilla de la Domus Sanctae Marthae.
El Santo Padre comentó las lecturas del día: la primera (Hechos de los Apóstoles 20, 28-38) «es una de las páginas más bellas del Nuevo Testamento», destacó. Relata la relación entre Pablo y los fieles de Éfeso, o sea, la relación del obispo con su pueblo, «hecha de amor y de ternura». De esta relación se habla también en el Evangelio de Juan (17, 11-19), «donde se encuentran algunas palabras clave» —explicó el Pontífice— que el Señor dirige a los discípulos: «velad»;  «custodiad, custodiad al pueblo»; «edificad, defended». Y «Jesús dice al Padre: “consagra”». Son palabras y gestos que expresan precisamente una relación de protección, de amor entre Dios y el pastor, y entre el pastor y el  pueblo. «Esto —precisó el Papa— es un mensaje para nosotros obispos y para los sacerdotes. Jesús nos dice a nosotros: “Velad sobre vosotros mismos y sobre toda la creación”. El obispo y el sacerdote deben velar, velar precisamente sobre su pueblo. También cuidar a su pueblo, hacerlo crecer. Incluso ser centinela para advertirle cuando se acercan los lobos». 
Todo esto «indica una relación muy importante entre obispo, presbítero y pueblo de Dios. Al final, un obispo no es obispo para sí mismo, es para el pueblo; y un sacerdote no es sacerdote para sí mismo, es para el pueblo». Una relación «muy bella» basada en el amor recíproco. Y «así la Iglesia llega a estar unida. Vosotros —preguntó a los fieles—, ¿pensáis siempre en los obispos y en los sacerdotes, eh? Necesitamos de vuestras oraciones».
Por lo demás —precisó—, la relación entre obispos, sacerdotes y pueblo de Dios no se funda en la solidaridad social, por la cual «el obispo, el sacerdote es solidario con el pueblo: nosotros aquí, vosotros allá». Se trata más bien de una «relación existencial», «sacramental», como la que describe el Evangelio, en la que «obispo, sacerdote y pueblo se arrodillan y rezan y lloran. ¡Esa es la Iglesia unida! El amor recíproco entre obispo, sacerdote y pueblo. Nosotros necesitamos de vuestras oraciones para hacer esto, porque también el obispo y el sacerdote pueden ser tentados».
Por lo tanto, la primera tarea de un obispo y de un sacerdote «es rezar y predicar el Evangelio. Un obispo, un sacerdote debe rezar, y mucho... Debe anunciar a Jesucristo Resucitado, y mucho. Nosotros debemos pedir al Señor que nos proteja precisamente a nosotros, obispos y sacerdotes, para que oremos, intercedamos, prediquemos con valentía el mensaje de salvación. El Señor nos ha salvado; y vive entre nosotros».
Pero «también nosotros —agregó— somos hombres y somos pecadores»: todos podemos ser pecadores, «y somos incluso tentados. ¿Cuáles son las tentaciones del obispo y del sacerdote? San Agustín, comentando el profeta Ezequiel, habla de dos tentaciones: la riqueza, que puede convertirse en avaricia, y la vanidad. Y dice: “Cuando el obispo, el sacerdote, se aprovecha de las ovejas para sí mismo, el movimiento cambia: no es el sacerdote, el obispo para el pueblo, sino el sacerdote y el obispo que se aprovechan del pueblo”». Sed y vanidad: he aquí las dos tentaciones de las que habla san Agustín: «¡Es la verdad! Cuando un sacerdote, un obispo va tras el dinero, el pueblo no lo ama y eso es un signo. Y él mismo acaba mal. Pablo habla de esto: “Trabajé con mis manos”. Pablo no tenía una cuenta en el banco, trabajaba. Y cuando un obispo, un sacerdote va por el camino de la vanidad, entra en el espíritu del afán de hacer carrera, hace mucho mal a la Iglesia». Y al final se convierte incluso en ridículo, porque «se gloría, le gusta hacerse ver, todo potente... Y el pueblo no ama eso. Mirad cuál es nuestra dificultad y también nuestras tentaciones; por ello debéis rezar por nosotros, para que seamos pobres, para que seamos humildes, mansos, al servicio del pueblo».
El Pontífice renovó a los presentes la invitación a releer esta página del Evangelio para convencerse de la necesidad de orar por «nosotros obispos y por los sacerdotes. Tenemos mucha necesidad de ello para permanecer fieles, para ser hombres que velan por su grey y también por nosotros mismos». Y también para que «el Señor nos defienda de las tentaciones, porque si caminamos por el camino de las riquezas, si seguimos la senda de la vanidad, nos convertimos en lobos, y no en pastores».
Concelebraron con el Papa, entre otros, monseñor Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, España, y el jesuita Andrzej Koprowski, director de los programas de Radio Vaticano, presentes juntamente con un grupo de colaboradores de la emisora.

miércoles, 15 de mayo de 2013

S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las Obras de Restauración de la Capilla de Nuestra Señora de Lodairo



RESERVAS PARA LA CENA BAILE en EL 

TELEFONO: 

*********(981 ) 46 04 27***********


Programa

Día y hora de la Cena-baile: Sábado 18 de Mayo a las 10 de la noche.

Lugar: Casino Progreso    de Franza.

Precio: 18€. Los fondos son para la restauración de la Capilla.  Tejado nuevo y Coro.
                                     
música a Cargo del grupo Aroma. (le agradecemos su colaboración desinteresada).

Menú de la Cena Baile:
1º Langostinos cocidos en dos salsas.
2º Sopa de Cocido.
3º Carne estofada.
4º postre.
vino, agua, refrescos, Café y chupito.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lodairo te llama¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


En estos momentos se está realizando el proyecto por un arquitecto y las obras se empezarán lo mas pronto posible. Si el tiempo lo permite y al tener todos los papeles listos. La capilla de Lodairo está registrada por patrimonio.

se pondrán por las distintas Parroquias de Bezoucos y  establecimientos los carteles que se están haciendo en estos momentos. En ellos figuran los datos y el teléfono para apuntarse.

EL PAPA EXPLICA LA FE EN EL ESPIRITU SANTO


El Papa explica la fe en el Espíritu Santo

Catequesis del papa Francisco en el Año de la Fe.


Queridos hermanos y hermanas:

El tiempo pascual es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo que culmina con la Solemnidad de Pentecostés. En el Credo profesamos la fe en el Espíritu Santo, que es Dios, «Señor y dador de vida». Él es la fuente inagotable de la vida divina en nosotros. Él es «el agua viva» que Jesús prometió a la Samaritana para saciar para siempre la sed, para colmar los anhelos más profundos y más altos del corazón humano. Porque Jesús ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10).

El Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, Cristo lo ha derramado en nuestro corazón, para hacernos hijos de Dios y para que nuestra vida sea guiada, animada y alimentada por él. Esto es precisamente lo que entendemos al decir que el cristiano es un hombre espiritual: una persona que piensa y actúa siguiendo la inspiración del Espíritu Santo. Así, la existencia del cristiano, dice san Pablo, es animada por el Espíritu Santo y rica de sus frutos, que son: «Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí» (Ga 5,22-23). El don precioso del Espíritu Santo es, pues, la vida misma de Dios, en cuanto verdaderos hijos suyos por su adopción.

                                                                          * * *

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en especial a la Delegación del Estado de México, así como a los grupos venidos de España, Colombia, Venezuela y otros países latinoamericanos. En este día en el que se celebra Nuestra Señora de Luján, celestial Patrona de Argentina, un aplauso a la Virgen de Luján,… más fuerte, no siento, más fuerte. En este día de la Virgen de Luján deseo hacer llegar a todos los hijos de esas queridas tierras argentinas mi sincero afecto, a la vez que pongo en manos de la Santísima Virgen todas sus alegrías y preocupaciones. Muchas gracias.

© Copyright 2013 - Libreria Editrice Vaticano

María, inspiración para todas las madres del mundo


 MARÍA, INSPIRACIÓN PARA TODAS  LAS MADRES DEL MUNDO

"Una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad", dijo el papa Francisco el sábado en la basílica de Santa María la Mayor.


"La Virgen custodia nuestra salud. ¿Qué quiere decir esto? Pienso sobre todo en tres aspectos: nos ayuda a crecer, a afrontar la vida, a ser libres".
Agradezco a ustedes que hoy han venido a rezar a la Virgen, a la Madre, a la Salus Populi Romani. Esta tarde estamos aquí ante María. Hemos rezado bajo su guía maternal para que nos conduzca a estar cada vez más unidos a su Hijo Jesús, le hemos traído nuestras alegrías y nuestros sufrimientos, nuestras esperanzas y nuestras dificultades, la hemos invocado con la bella advocación de Salus Populi Romani, pidiendo para todos nosotros, para Roma y para el mundo que nos done la salud. Sí, porque María nos da la salud, es nuestra salud.

Jesucristo, con su Pasión, Muerte y Resurrección, nos trae la salvación, nos dona la gracia y la alegría de ser hijos de Dios, de llamarlo en verdad con el nombre de Padre. María es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos, sabe cuidarla siempre con amor grande y tierno. La Virgen custodia nuestra salud. ¿Qué quiere decir esto? Pienso sobre todo en tres aspectos: nos ayuda a crecer, a afrontar la vida, a ser libres.

Opus Dei - Foto: News.va
Foto: News.va
1. Una mamá ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien, por ello los educa a no ceder a la pereza –que también se deriva de un cierto bienestar– a no conformarse con una vida cómoda que se contenta sólo con tener algunas cosas. La mamá cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales.

"La mamá cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales".
El Evangelio de san Lucas dice que, en la familia de Nazaret, Jesús "iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él" (Lc 2, 40). La Virgen hace precisamente esto con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de una manera superficial, sino a vivir con responsabilidad, a tender cada vez más hacia lo alto.

2. Una mamá además piensa en la salud de sus hijos, educándoles también a afrontar las dificultades de la vida. No se educa, no se cuida la salud evitando los problemas, como si la vida fuera una autopista sin obstáculos. La mamá ayuda a los hijos a mirar con realismo los problemas de la vida y a no perderse en ellos, sino a afrontarlos con valentía, a no ser débiles, y saberlos superar, en un sano equilibrio que una madre "siente" entre las áreas de seguridad y las zonas de riesgo. Y esto una madre sabe hacerlo. Lleva al hijo no siempre sobre el camino seguro, porque de esta manera no puede crecer. Pero tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una madre sabe equilibrar estas cosas.

Opus Dei - Foto: News.va
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Una vida sin retos no existe y un chico o una chica que no sepa afrontarlos poniéndose en juego ¡no tiene columna vertebral! Recordemos la parábola del buen samaritano: Jesús no propone la conducta del sacerdote y del levita, que evitan socorrer al hombre que había caído en manos de ladrones, sino la del samaritano que ve la situación de ese hombre y la afronta de una manera concreta. María ha vivido muchos momentos no fáciles en su vida, desde el nacimiento de Jesús, cuando para ellos "no había lugar para ellos en el albergue" (Lc 2, 7), hasta el Calvario (cfr. Jn 19, 25).

"El Señor nos confía en las manos llenas de amor y de ternura de la Madre, para que sintamos que nos sostiene al afrontar y vencer las dificultades de nuestro camino humano y cristiano".
Y como una buena madre está cerca de nosotros, para que nunca perdamos el valor ante las adversidades de la vida, ante nuestra debilidad, ante nuestros pecados: nos da fuerza, nos muestra el camino de su Hijo. Jesús en la cruz le dice a María, indicando a Juan: "¡Mujer, aquí tienes a tu hijo!" y a Juan: "Aquí tienes a tu madre"(cfr. Jn 19, 26-27). En este discípulo todos estamos representados: el Señor nos confía en las manos llenas de amor y de ternura de la Madre, para que sintamos que nos sostiene al afrontar y vencer las dificultades de nuestro camino humano y cristiano. No tener miedo de las dificultades. Afrontarlas con la ayuda de la madre.

3. Un último aspecto: una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad. Esto no es fácil. Pero una madre sabe hacerlo, en este momento en que reina la filosofía de lo provisional.

Opus Dei - Foto: News.va
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Pero, ¿qué significa libertad? Por cierto, no es hacer todo lo que uno quiere, dejarse dominar por las pasiones, pasar de una experiencia a otra sin discernimiento, seguir las modas del momento; libertad no significa, por así decirlo, tirar por la ventana todo lo que no nos gusta. La libertad se nos dona ¡para que sepamos optar por las cosas buenas en la vida! María como buena madre nos educa a ser, como Ella, capaces de tomar decisiones definitivas, con aquella libertad plena con la que respondió "sí" al plan de Dios para su vida (cfr. Lc 1, 38).

"¡No tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta manera, nuestra vida será fecunda! Y ¡esto es libertad! Tener el coraje de tomar decisiones con grandeza".
Queridos hermanos y hermanas, ¡qué difícil es, en nuestro tiempo, tomar decisiones definitivas! Nos seduce lo provisional. Somos víctimas de una tendencia que nos empuja a lo efímero... ¡como si deseáramos permanecer adolescentes para toda la vida! ¡No tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta manera, nuestra vida será fecunda! Y ¡esto es libertad! Tener el coraje de tomar decisiones con grandeza.

Toda la existencia de María es un himno a la vida, un himno de amor a la vida: ha generado a Jesús en la carne y ha acompañado el nacimiento de la Iglesia en el Calvario y en el Cenáculo. La Salus Populi Romanies la mamá que nos dona la salud en el crecimiento, para afrontar y superar los problemas, en hacernos libres para las opciones definitivas; la mamá que nos enseña a ser fecundos, a estar abiertos a la vida y a ser cada vez más fecundos en el bien, en la alegría, en la esperanza, a no perder jamás la esperanza, a donar vida a los demás, vida física y espiritual.

Opus Dei - Foto: News.va
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Es lo que te pedimos esta tarde, ¡Oh María, Salus Populi Romani, para el pueblo de Roma, para todos nosotros: dónanos la salud que sólo tú puedes donarnos, para ser siempre signos e instrumentos de vida!

(PDF) Papa Francisco: María, inspiración para todas las madres del mundo.

Traducción al español realizada por Radio Vaticano

lunes, 13 de mayo de 2013

PARROQUIAS DE SANTIAGO DE FRANZA-SANTA EULALIA DE LIMODRE-SAN JUAN DE PIÑEIRO: S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las Ob...

PARROQUIAS DE SANTIAGO DE FRANZA-SANTA EULALIA DE LIMODRE-SAN JUAN DE PIÑEIRO: S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las Ob...: RESERVAS PARA LA CENA BAILE en EL  TELEFONO:  (981 ) 46 04 27 Programa Día y hora de la Cena-baile:  Sábado 18 de Mayo a ...

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, la aclamada película sobre el Hecho Guadalu...

CONSAGRACIÓN DEL PONTIFICADO DE S.S. FRANCISCO Y AGRADECIMIENTO AL S.S. BENEDICTO XVI: D. ANTONIO MARTO, OBISPO DE LEIRIA-FÁTIMA




El pontificado del Papa Francisco: un nombre, un programa y un estilo
El Papa Francisco fue y es una sorpresa de Dios para la Iglesia y la humanidad en este momento de la historia. El nombre escogido es el gran indicador de un estilo y de un programa.
Francisco nos recuerda la ternura y la misericordia de Dios para con todos, sin distinción de credo, de pertenencia social, política o religiosa y, en particular, la predilección de Jesús por los pobres y por la elección de la pobreza como estilo de vida. Sabe anunciar la esperanza de un mundo mejor, de que es posible la simplicidad y la fraternidad, amar y sentirse amado, y transmite paz y alegría.
En un mundo donde todo tendía a la búsqueda del bienestar a toda costa, donde la sobriedad y el compartir parecían cosa rara, donde las actuales dificultades aparecen aun más graves porque contradicen un optimismo pretencioso del progreso hasta hace poco dominante, el nuevo obispo de Roma nos recuerda que la única cosa que verdaderamente cuenta es amar y ser amado y que fue esto precisamente lo que Jesús nos vino a decir y convertir en posible.
Y como nadie puede negar la inmensa necesidad de amor que trae dentro de si, se comprende como las palabras y los gestos del Papa Francisco llegan al corazón de todos. Es como si una onda de ternura nos cogiera de sorpresa y nos hiciese sentir unidos en un abrazo universal del que tenemos necesidad.
El beso a la niños y a las personas con deficiencia, la mirada tierna y la sonrisa franca y espontánea, la atención a los pobres y excluidos, continuamente recordada, son mensaje de vida y de esperanza que no dejan de impresionar a todos nosotros mendigos del amor, sobre todo en este tiempo postmoderno caracterizado por el desencanto y por la multitud de soledades.
Lo que es nuevo en el Papa Francisco, amigo de los pobres, no es tanto la atención a la pobreza escogida por Jesús en su donación a los pobres, sino antes el hecho de convertir en creíble cómo es posible ser pobre y servir a los pobres, incluso desde lo alto de la cátedra más autoriza del mundo.
Y si esto nos toca a todos, ¿cómo no ha de tocar a los poderosos de la tierra, cuantos tienen responsabilidad de gobierno, cuantos deben atender al bien común como absoluta prioridad de su empeño?
Ante cada decisión que tomaron nuestros políticos en relación al futuro de todos nosotros, respondan antes, por favor (como acostumbra decir el Papa Francisco), a la única pregunta fundamental: ¿la opción que estoy haciendo es para el bien de los pobres? ¿Y soy pobre en las opciones que tomo, esto es, pongo el bien común antes de mi interés particular, de mi partido o de mi grupo de poder?
No hay duda de que el Papa llegado desde “el fin del mundo” lanza un mensaje de luz y de esperanza a todos los pobres de la tierra, a  todas las situaciones que esperan justicia social y nueva atención. ¡La Iglesia y el mundo tenían necesidad de un hombre así! Con sus palabras y sus gestos de simplicidad evangélica, de proximidad, de fraternidad, de ternura y de misericordia, ya “escribió” su primera encíclica.
Consagrar el ministerio del Papa a Nuestra Señora de Fátima se sitúa bien dentro del mensaje en el que la figura del “Hombre vestido de blanco” asume un lugar de relevo como Pastor universal de la Iglesia. Al mismo tiempo, significa confiar a María su persona, su ministerio y sus intenciones para la reforma espiritual de la Iglesia y de su misión hoy, y para el servicio de la humanidad globalizada en orden a encontrar un rumbo que la conduzca a un mundo nuevo.

Memoria grata del Papa emérito Benedicto XVI
La elección del nuevo pontífice no puede dejar de evocar cuánto hizo su antecesor y su especial unión a Fátima. También él con sus palabras y los gestos de la despedida “escribió” su última encíclica prometida sobre la fe. Por todo esto desearía elevar aquí un homenaje de gratitud al Papa emérito Benedicto XVI.
Gracias, Papa Benedicto, por habernos enseñado a ser humildes trabajadores de la llegada del Señor; por la humildad y coraje de la fe que te llevó a retirarte para que la sirviesen fuerzas más jóvenes; por haber escogido permanecer al lado de la cruz, de diversa manera, enseñando que hay diversas posibilidades de configurarse a Cristo.
Gracias, porque la humildad de esconderte en el silencio del monasterio nos hizo comprender la riqueza y la necesidad de la oración para la vitalidad de la fe y de la Iglesia; porque, con la “cátedra de la despedida”, nos enseñaste a ser libres frente al prestigio de los cargos y nos recordaste que el poder en la Iglesia es servicio y hacerse siervo para todos.
Gracias por tu “última encíclica, no escrita”, pero dictada con la elocuencia de los gestos, de los modos elegantes y serenos y de la profecía mesiánica; porque, confesando tu falta de vigor físico, robusteciste nuestra fe; porque nos introdujiste en la escuela de Cristo que guía su barca y está presente en el medio de su pueblo incluso cuando la navegación es difícil.
Gracias, Papa Benedicto, que nadaste en la oración como Moisés sobre el monte, con los brazos levantados hacia el cielo, a fin de interceder por nosotros y atraer la mirada de benevolencia de Dios sobre la humanidad.
Gracias, porque aquí en Fátima te hiciste peregrino con nosotros, nos hiciste ver la actualidad del mensaje “que toca la historia precisamente en su presente” y confidenciaste al Obispo: “¡No existe nada como Fátima en toda la Iglesia católica en el mundo!” ¡Que Nuestra Señora de Fátima te bendiga y te guarde, como te deseó el Papa Francisco!