viernes, 23 de septiembre de 2011

EL SANTO PADRE EN ALEMANIA: HE VENIDO PARA ENCONTRAR LA GENTE Y HABLARLES DE DIOS

El Santo Padre es recibido por el Presidente Federal de Alemania, Christian Wulff, y por la Canciller Angela Merkel. No he venido para obtener objetivos políticos o económicos... Aunque este viaje es una visita oficial que reforzará las buenas relaciones entre la República Federal de Alemania y la Santa Sede, no he venido aquí para obtener objetivos políticos o económicos, como hacen legítimamente otros hombres de Estado, sino para encontrar la gente y hablarles de Dios. Con relación a la religión hay en la sociedad una progresiva indiferencia que, en sus decisiones, considera la cuestión de la verdad más bien como un obstáculo, y da por el contrario la prioridad a consideraciones utilitaristas. La libertad tiene necesidad de la religión... Pero se necesita una base vinculante para nuestra convivencia, de otra manera cada uno vive solo para su individualismo. La religión es una cuestión fundamental para una convivencia lograda. "Como la religión necesita de libertad, así la libertad tiene necesidad de la religión". Estas palabras del gran obispo y reformador social Wilhelm von Ketteler, del que se celebra este año el bicentenario de su nacimiento, son aún actuales. La libertad necesita de una referencia a una instancia superior. El que haya valores que nada ni nadie pueda manipular, es la autentica garantía de nuestra libertad. El hombre que se sabe obligado a lo verdadero y al bien, estará inmediatamente de acuerdo con esto: la libertad se desarrolla sólo en la responsabilidad ante un bien mayor. Este bien existe sólo si es para todos; por tanto debo interesarme siempre de mis prójimos. La libertad no se puede vivir sin relaciones. En la convivencia humana no es posible la libertad sin solidaridad. Aquello que hago a costa de otros, no es libertad, sino una acción culpable que les perjudica a ellos y también a mí. Puedo realizarme verdaderamente como persona libre sólo cuando uso también mis fuerzas para el bien de los demás. Esto vale no solo en el ámbito privado, sino también en el social. Según el principio de subsidiariedad, la sociedad debe dar espacio suficiente para que las estructuras más pequeñas se desarrollen y, al mismo tiempo, apoyarlas, de modo que, un día, puedan ser autónomas. *Del Discurso del Papa durante la ceremonia de bienvenida en el Palacio de Bellevue, en presencia del Presidente Federal de Alemania, Christian Wulff, la Canciller Angela Merkel y las autoridades civiles y religiosas.

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