jueves, 11 de diciembre de 2008

LA FAMILA Y SUS RETOS ACTUALES



Dentro de unos días celebraremos la Navidad y nuestros ojos se centrarán en la presencia del niño Dios, de contemplar La Sagrada Familia y el amor que se profesan San José, la Virgen y el niño Jesús. Siempre se dijo (y es verdad), que es la Sagrada familia modelo para todas y cada una de las nuestras, pues en la Sagrada Familia se dan todos los valores de disponibilidad, obediencia y servicio, de un amor que no se encierra en ellos mismos, se abre a todos los demás.
En una época que existen distintos modelos de familias, de divorcios y separaciones, de uniones homoxesuales ... ¿qué es lo que nosotros debemos hacer, cuál es nuestra postura ante la situación actual?.
Primero valorar LA FAMILIA. El Concilio Vaticano II en su constitución “Gaudium et spes” nos dice: “El bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana está ligado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar.”Nosotros debemos por tanto esforzarnos por diginificar más (si cabe) la institución familiar, valorando la familia de cada uno de nosotros...no vaya a ser que predicando a los demás, críticando a las otras familias estémos quitando la miga del ojo ajeno y no reparemos en la viga que llevamos en la nuestra. Pero ese amor de cada una de las familias no puede encerrarse en los míos, tiene que abrirse a las otras familias. Para un cristiano no existe el que cada uno se ocupe de lo de cada uno. NO. Abriendonos y ofreciendonos a los demás es como vivimos la cercanía y la presencia de Dios.
Hoy son muchos los casos de violencia de género en el seno de los hogares, si nosotros somos conscientes de esta situación, debemos denunciarlo ante los cuerpos de seguridad . No podemos mirar hacia el otro lado. El maltrato es una imposición machista que debe ser erradicada. La igualdad es principio cristiano. Aquí no cabe discusión.
La ayuda a la familia desde las esferas políticas, promoviendo las ayudas a los hijos, a una buena educación, al trabajo y a todas aquellas realidades que vienen contempladas en nuestra constitución, pero que muchas veces (lo vemos en la realidad) no se cumplen. Los cristianos debemos de estar en el motor de la ayuda a las familias: MATERIAL Y ESPIRITUALMENTE. La caridad debe ser la maxima en todas y cada una de nuestras Parroquias. La caridad no es una limosna sino un acto de justicia hacía los más necesitados y en un tiempo donde muchas familias lo pasan mal por el paro y la crisis economica, La Iglesía (como no puede ser de otra manera ),está ahí y a pesar de las innumerables criticas sigue haciendo realidad lo que Cristo es el que “viene a Servir y no a ser servido”. Eso sí, si somos objetivos y realistas, desterrando toda cerrazón y dictadura de pensamiento, no siendo simplistas y no dejando que otros piensen por nosotros. Sobre todo los que nos llamamos cristianos. (Esto no quita que tengamos nuestra ídeas, criterios y críticas constuctivas).
Un lema que se usó para una campaña (no recuerdo ahora) decía: “NO NOS MIRES, UNETE”. El cristiano es el que debe estar en disposición a los otros, no solo de miron y vemos cuanto trabajo hay que hacer en todos los sentidos en las familias: Desde Cáritas, pero también nuestra aportación en nuestro propio entorno: potenciando la igualdad, responsabilidad y el tiempo dedicado a las personas que formamos nuestras familias de sangre, pero también de la comunidad parroquial, de la misma Iglesia y de la humanidad. Cuando se quiere el tiempo se saca de donde sea.
Pero ante las nuevas situaciones de la familia y uniones, la aptitud del cristiano tiene que ser la de Jesús: NO CONDENAR. Así como ayudar a los divorciados a entablar (como dice el cardenal Martini) a un diálogo entorno a la comunión . Aceptar el uso de los anticonceptivos...etc ,en ese sentido( dice) hay una gran distancia entre la encíclica HUMANAE VITAE y la actualidad. Dice textualemente el cardenal:
“Muchos ya no toman en serio a la Iglesia como interlocutora o maestra. Sobre todo muchos jovenes ni recurren a la Iglesia por temas como la planificación familiar o la sexualidad.
Ante el hecho de los homosexuales dice Martini: “Muchas veces hemos sido insensibles, hubiese sido mejor guardar silencio” .
Con esto no quiero decir que todo valga, pero sí, que la reflexión sería la postura que tendría Xto ante las distintas realidades, hoy tan plurales, pero siempre (de una manera o de otra) presentes en toda la historia de todos los pueblos y que desde nuestro tiempo tienen que tener una respuesta, no sólo politica, sino religiosa. Lo uno no quita lo otro y crea ciudadanos, así como cristianos ,de una sola clase.
La familia es una gran instituación, “comunidad de amor”, fermento de la sociedad y de la Iglesia, que debe recuperar el equilibrio que se merece, potenciando valores como el trabajo, el sacrificio, da disponibilidad, la convivencia entre los miembros, la escucha y el diálogo. Viviendo a dentro de la misma familia, pero abierta hacía los demás, Pidamos al Niño Dios por todas las familias del mundo y que nos abramos al mundo (como decía Juan XXIII) sin condenas.
José Carlos Mato Tosar. Párroco de Franza-Limodre-San Juan.

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