La segunda parte será la renovación de las escaleras que suben al coro, así como la retirada de dos altares de pino (que están en muy malas condiciones), dedicados a la Virgen del Carmen y a la Asunción, sustituidos por unas hornacinas blanqueadas y bien iluminadas.
Una reflexión que tenemos que hacer todos, pero sobre todos los sacerdotes es que la Sacristía es una parte más de la iglesia, a menudo se convierten en almacenes y sitios desagradables para poder estar. Por la vista también se llega a lo espiritual.
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