Las Parroquias de Mugardos, Franza, Mehá y San Juan de Piñeiro están situadas en el ayuntamiento de Mugardos. Las Cuatro pertenecen a la Archidiócesis de Santiago de Compostela. Comenzamos este Blog en la festividad de Nuestra Señora de La Merced. 24 de Septiembre de 2008. Que ella nos ayude a conseguir la verdadera libertad que nos trajo su Hijo. Esa verdad nos hará libres.
lunes, 29 de abril de 2013
PARROQUIAS DE SANTIAGO DE FRANZA-SANTA EULALIA DE LIMODRE-SAN JUAN DE PIÑEIRO: S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las O...
PARROQUIAS DE SANTIAGO DE FRANZA-SANTA EULALIA DE LIMODRE-SAN JUAN DE PIÑEIRO: S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las O...: Programa Día y hora de la Cena-baile: Sábado 18 de Mayo a las 10 de la noche. Lugar: Casino Progreso de Franza. Precio: ...
SAN JOSÉ OBRERO (Quinario)
QUINARIO A SAN JOSÉ, OBRERO (IV)
QUINARIO A SAN JOSÉ OBRERO (IV)
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
MEDITACIÓN
En el crecimiento humano de Jesús "en sabiduría, edad y gracia" representó una parte notable la virtud de la laboriosidad, al ser "el trabajo un bien del hombre" que "transforma la naturaleza" y que hace al hombre "en cierto sentido más hombre."
La importancia del trabajo en la vida del hombre requiere que se conozcan y asimilen aquellos contenidos "que ayuden a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Redentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asumiendo mediante la fe una viva participación en su triple misión de sacerdote, profeta y rey."
Se trata, en definitiva, de la santificación de la vida cotidiana, que cada uno debe alcanzar según el propio estado y que puede ser fomentada según un modelo accesible a todos: "San José es el modelo de los humildes, que el cristianismo eleva a grandes destinos; san José es la prueba de que para ser buenos y auténticos seguidores de Cristo no se necesitan "grandes cosas", sino que se requieren solamente las virtudes comunes, humanas, sencillas, pero verdaderas y auténticas."
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS
DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
Oración del Beato Juan XXIII a San José Obrero
¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!
Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación.
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
28 de abril de 2013
LA ORACIÓN DE BENDICIÓN.
"Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey". (Sal 144, 1)
Estas palabras tomadas del salmo 144 nos invitan a bendecir a Dios. Normalmente estamos acostumbrados a pedir a Dios que nos bendiga, pedimos su bendición para nuestras casas, nuestros proyectos, nuestros objetos de piedad... también le pedimos que nos bendiga a nosotros. Pero, rara vez, bendecimos nosotros a Dios.
En nuestra oración -medio por el cual nos relacionamos con Dios- tendemos de forma inconsciente por nuestra condición contingente y frágil a centrarnos en nosotros mismos, en nuestros problemas, en nuestras dificultades; y, cuando más, extendemos los intereses de nuestra oración a nuestros familiares. Nuestra oración se convierte en una letanía lastimosa de súplicas.
Y esto no está mal. Nuestro Señor Jesucristo nos manda pedir: "pedid y recibiréis". Nosotros creemos en Dios que es todopoderoso y providente, que puede darnos todo aquello que le pedimos y que es un Padre amoroso que se preocupa por cada uno de nosotros en particular. Esta verdad de fe nos ha de llenar de consuelo y esperanza. Ante las mil dificultades de la vida, ¡no estoy sólo! Dios está conmigo. Se preocupa de mí. Atiende a mis oraciones.
"Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey". (Sal 144, 1)
Pero nuestra oración no puede quedarse solamente en pedir. Sería una oración insuficiente, defectuosa. La Iglesia nos enseña en su liturgia -culto público- como ha de ser nuestra oración donde el centro no hemos de ser nosotros, sino Dios. Él es el importante. ¡No podemos estar siempre mirando hacia nosotros mismos como si fuésemos el centro del universo!
En la liturgia pedimos a Dios, le exponemos nuestras necesidades, pero antes hemos de adorarlo, de alabarlo, de darle gracias, de bendecirlo. Así también ha de ser nuestra oración privada, donde Dios sea lo primero.
"Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey". (Sal 144, 1)
¿En qué consiste bendecir a Dios? Si vamos a la etimología de la palabra, nos encontramos con el adverbio "bien" y el verbo "decir". Por tanto, bendecir es decir bien de alguien o de algo, hablar bien. Como sinónimos utilizamos otros verbos como encomiar, ensalzar, elogiar, enaltecer, engrandecer, magnificar.
La bendición es algo muy habitual en nuestras relaciones humanas. A todos nos gusta que hablen bien de nosotros, que nos bendigan. Nos gusta que lo demás reconozcan el bien que hacemos. En estas mismas relaciones, por nuestra debilidad, se mezcla la envidia y la hipocresía: nos callamos el bien que los otros hacen, hacemos como si no nos enterásemos, o elogiamos falsamente a alguien porque queremos que nos consideren sus amigos....
Y de Dios, ¿no tenemos que hablar bien? ¿No hay motivos para bendecirlo? Claro que sí. Quizás, él sea el único que ha de recibir nuestra bendición humana de forma justa porque todo lo que hace, nace de su pura bondad, de su amor; sin dobles intenciones, sin intereses.
El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (n. 551) defina la oración de bendición como la respuesta agradecida del hombre a los dones de Dios: nosotros bendecimos al Todopoderoso, quien primeramente nos bendice y colma con sus dones.
Por tanto, el hombre bendice a Dios cuando se sabe bendecido por él, cuando se ve colmado de sus dones, cuando con los ojos de la fe es capaz de ver en las cosas más pequeñas de cada día el amor de Dios que se nos da y nos da todo aquello que necesitamos.
¿Qué motivo podemos encontrar nosotros para bendecir a Dios? He aquí la tarea: hemos de hacer el ejercicio diario en nuestra oración de descubrir la inmensidad de su bondad para con nosotros y responder agradecidos a tantas dádivas, especialmente su misericordia en el sacramento de la Penitencia y su presencia en la Eucaristía.
SALMO 144, I-II
Himno a la grandeza de Dios
Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
QUINARIO A SAN JOSÉ, OBRERO (III)
QUINARIO A SAN JOSÉ OBRERO (III)
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
MEDITACIÓN
Expresión cotidiana de este amor en la vida de la Familia de Nazaret es el trabajo. El texto
evangélico precisa el tipo de trabajo con el que José trataba de asegurar el mantenimiento de la Familia: el de carpintero. Esta simple palabra abarca toda la vida de José. Para Jesús éstos son los años de la vida escondida, de la que habla el evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: "Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos" (Lc 2, 51). Esta "sumisión", es decir, la obediencia de Jesús en la casa de Nazaret, es entendida también como participación en el trabajo de José. El que era llamado el "hijo del carpintero" había aprendido el trabajo de su "padre" putativo. Si la Familia de Nazaret en el orden de la salvación y de la santidad es ejemplo y modelo para las familias humanas, lo es también análogamente el trabajo de Jesús al lado de José, el carpintero. En nuestra época la Iglesia ha puesto también esto de relieve con la fiesta litúrgica de San José Obrero, el 1 de mayo. El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial. Junto con la humanidad del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la encarnación, y también ha sido redimido de modo particular. Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención.
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS
DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
Oración del Beato Juan XXIII a San José Obrero
¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!
Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación.
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
27 de abril de 2013
27 DE ABRIL. NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT
El culto de la Virgen de Montserrat se remonta más allá de la invasión de España por los árabes. La imagen, ocultada entonces, fue descubierta en el siglo IX. Para darle culto, se edificó una capilla a la que el rey Wifredo el Velloso agregó más tarde un monasterio benedictino.
Los milagros atribuidos a la Virgen de Montserrat fueron cada vez más numerosos y los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela los divulgaron. Así, por ejemplo, en Italia se han contado más de ciento cincuenta iglesias o capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat, bajo cuya advocación se erigieron algunas de las primeras iglesias de México, Chile y Perú, y con el nombre de Montserrat han sido bautizados monasterios, pueblos, montes e islas en América.
Oh Madre Santa, Corazón de amor, Corazón de misericordia,
que siempre nos escucha y consuela, atiende a nuestras súplicas.
Como hijos tuyos, imploramos tu intercesión ante tu Hijo Jesús.
Recibe con comprensión y compasión las peticiones que hoy
te presentamos, especialmente [se hace la petición].
¡Qué consuelo saber que tu Corazón está siempre abierto
para quienes recurren a ti!
Confiamos a tu tierno cuidado e intercesión a nuestros
seres queridos y a todos los que se sienten
enfermos, solos o heridos.
Ayúdanos, Santa Madre, a llevar nuestras cargas en esta vida
hasta que lleguemos a participar de la gloria eterna y la paz con Dios. Amén
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
QUINARIO A SAN JOSÉ, OBRERO (II)
QUINARIO A SAN JOSÉ OBRERO (II)
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
MEDITACIÓN
Esta verdad, según la cual a través del trabajo el hombre participa en la obra de Dios mismo
, su Creador, ha sido particularmente puesta de relieve por Jesucristo, aquel Jesús ante el que muchos de sus primeros oyentes en Nazaret «permanecían estupefactos y decían: «¿De dónde le viene a éste tales cosas, y qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ... ¿No es acaso el carpintero? En efecto, Jesús no solamente lo anunciaba, sino que ante todo, cumplía con el trabajo el «evangelio» confiado a él, la palabra de la Sabiduría eterna. Por consiguiente, esto era también el «evangelio del trabajo», pues el que lo proclamaba, él mismo era hombre del trabajo, del trabajo artesano al igual que José de Nazaret. Aunque en sus palabras no encontremos un preciso mandato de trabajar —más bien, una vez, la prohibición de una excesiva preocupación por el trabajo y la existencia— no obstante, al mismo tiempo, la elocuencia de la vida de Cristo es inequívoca: pertenece al «mundo del trabajo», tiene reconocimiento y respeto por el trabajo humano; se puede decir incluso más: él mira con amor el trabajo, sus diversas manifestaciones, viendo en cada una de ellas un aspecto particular de la semejanza del hombre con Dios, Creador y Padre. ¿No es Él quien dijo «mi Padre es el viñador» ..., transfiriendo de varias maneras a su enseñanza aquella verdad fundamental sobre el trabajo, que se expresa ya en toda la tradición del Antiguo Testamento, comenzando por el libro del Génesis?
CARTA ENCÍCLICA LABOREM EXERCENS
DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
Oración del Beato Juan XXIII a San José Obrero
¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!
Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación.
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
26 de abril de 2013
QUINARIO A SAN JOSÉ, OBRERO (I)
QUINARIO A SAN JOSÉ OBRERO (I)
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
MEDITACIÓN
Estas son las razones por las que hombres de todo tipo y nación han de acercarse a la confianza y tutela del bienaventurado José. Los padres de familia encuentran en José la mejor personificación de la paternal solicitud y vigilancia; los esposos, un perfecto de amor, de paz, de fidelidad conyugal; las vírgenes a la vez encuentran en él el modelo y protector de la integridad virginal. Los nobles de nacimiento aprenderán de José como custodiar su dignidad incluso en las desgracias; los ricos entenderán, por sus lecciones, cuáles son los bienes que han de ser deseados y obtenidos con el precio de su trabajo. En cuanto a los trabajadores, artesanos y personas de menor grado, su recurso a San José es un derecho especial, y su ejemplo está para su particular imitación. Pues José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y santa de las mujeres, considerado el padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su familia. Es, entonces, cierto que la condición de los más humildes no tiene en sí nada de vergonzoso, y el trabajo del obrero no sólo no es deshonroso, sino que, si lleva unida a sí la virtud, puede ser singularmente ennoblecido. José, contento con sus pocas posesiones, pasó las pruebas que acompañan a una fortuna tan escasa, con magnanimidad, imitando a su Hijo, quien habiendo tomado la forma de siervo, siendo el Señor de la vida, se sometió a sí mismo por su propia libre voluntad al despojo y la pérdida de todo.
Por medio de estas consideraciones, los pobres y aquellos que viven con el trabajo de sus manos han de ser de buen corazón y aprender a ser justos. Si ganan el derecho de dejar la pobreza y adquirir un mejor nivel por medios legítimos, que la razón y la justicia los sostengan para cambiar el orden establecido, en primer instancia, para ellos por la Providencia de Dios. Pero el recurso a la fuerza y a las querellas por caminos de sedición para obtener tales fines son locuras que sólo agravan el mal que intentan suprimir. Que los pobres, entonces, si han de ser sabios, no confíen en las promesas de los hombres sediciosos, sino más bien en el ejemplo y patrocinio del bienaventurado José, y en la maternal caridad de la Iglesia, que cada día tiene mayor compasión de ellos.
DE LA CARTA ENCÍCLICA QUAMQUAM PLURIES
DE S.S. LEÓN XIII SOBRE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ
Pídase la gracia que se desea alcanzar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
Oración del Beato Juan XXIII a San José Obrero
"Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
viernes, 26 de abril de 2013
S. O. S. LODAIRO Cena-Baile en beneficio de las Obras de Restauración de la Capilla de Nuestra Señora de Lodairo
Día y hora de la Cena-baile: Sábado 18 de Mayo a las 10 de la noche.
Precio: 18€. Los fondos son para la restauración de la Capilla. Tejado nuevo y Coro.
música a Cargo del grupo Aroma. (le agradecemos su colaboración desinteresada).
Menú de la Cena Baile:
1º Langostinos cocidos en dos salsas.
2º Sopa de Cocido.
3º Carne estofada.
4º postre.
vino, agua, refrescos, Café y chupito.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lodairo te llama¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
PARA ASISTIR A LA CENA BAILE HACER RESERVAS AL NÚMERO DE TELÉFONO: chema 646 36 16 13
En estos momentos se está realizando el proyecto por un arquitecto y las obras se empezarán lo mas pronto posible. Si el tiempo lo permite y al tener todos los papeles listos. La capilla de Lodairo está registrada por patrimonio.
se pondrán por las distintas Parroquias de Bezoucos y establecimientos los carteles que se están haciendo en estos momentos. En ellos figuran los datos y el teléfono para apuntarse.
miércoles, 24 de abril de 2013
P. David Alexander Kinabo Escuchó a Juan Pablo II en Tanzania y desertó del ejército para ser misionero y sacerdote
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