"Como el Catecismo, también el Compendio se articula en cuatro partes, correspondientes a las leyes fundamentales de la vida en Cristo.
La primera parte, titulada «La profesión de la fe», contiene una oportuna síntesis de la lex credendi, es decir, de la fe profesada por la Iglesia Católica, tomada del Símbolo Apostólico, ulteriormente explicitado y detallado por el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, cuya constante proclamación en la asamblea cristiana mantiene viva la memoria de las principales verdades de la fe.
La segunda parte, titulada «La celebración del misterio cristiano», presenta los elementos esenciales de la lex celebrandi. El anuncio del Evangelio encuentra, efectivamente, su respuesta privilegiada en la vida sacramental. En ella los fieles experimentan y dan testimonio en cada momento de su existencia, de la eficacia salvífica del misterio pascual, por medio del cual Cristo ha consumado la obra de nuestra redención.
La tercera parte, titulada «La vida en Cristo», presenta la lex vivendi, es decir, el compromiso que tienen los bautizados de manifestar en sus comportamientos y en sus decisiones éticas la fidelidad a la fe profesada y celebrada. Los fieles, en efecto, están llamados por el Señor Jesús a realizar las obras que se corresponden con su dignidad de hijos del Padre en la caridad del Espíritu Santo.
La cuarta parte, titulada «La oración cristiana», ofrece una síntesis de la lex orandi, es decir, de la vida de oración. A ejemplo de Jesús, modelo perfecto de orante, también el cristiano está llamado al diálogo con Dios en la oración, de la que es expresión privilegiada el Padre Nuestro, la oración que nos enseñó el mismo Jesús."
Introducción del Compendio del catecismo de la Iglesia Catolica
- Lex credendi, lex celebrandi, lex vivendi y lex orandi son los cuatro pilares en lo que se fundamenta la doctrina evangélica. Aquello que creemos, se celebra en la liturgia, se vive y se ora.
- Los cuatro pilares son fundamentales y están íntimamente unidos. El desequilibrio en alguno de ellos, produce el desequilibrio de los otros tres. Si creo mal, celebro mal, vivo mal y oro mal. Si celebro mal, creo mal, vivo mal y oro mal... y así con los otros dos. Es este desequilibrio el que nos impide avanzar por la senda de la santidad.
- Hemos de revisar nuestra vivencia de fe tanto en su aspecto racional, celebrativo, moral y espiritual. Para ello podemos proponernos hacer un examen de conciencia serio al comienzo del Año de la fe, ver los puntos deficientes y hacer propósitos concretos para que este año sea un año de gracia.
PROPUESTA DE EXAMEN.
- Lex credendi. ¿Cómo es mi fe? ¿Me considero un cristiano adulto capaz de dar razones de aquello en lo que creo? ¿Sé recitar el Credo? ¿Tengo interés en estudiar el catecismo, en formarme ya sea individualmente ya en grupo? ¿Qué actitud tengo ante la enseñanza del Magisterio de la Iglesia? ¿Tengo interés por lo que enseña el Papa? ¿En mis lecturas busco la fidelidad a la Iglesia y a la Revelación o me dejo llevar por afanes de novedades? ¿Tengo curiosidad por ciertos asuntos de la fe (demonología, exorcismos, apariciones) pero no busco una comprensión más amplia de la doctrina? Si pertenezco a un grupo, ¿intento no quedarme encerrado herméticamente en él y contrasto también otras fuentes de formación?
- Lex celebrandi. ¿Como es mi vida sacramental; en particular la vivencia de la Eucaristía y del sacramento de la Penitencia? ¿Soy consciente de que los sacramentos son la fuente inagotable que derrama la gracia sobre el mundo y hace posible mi relación con Dios? ¿Cómo valoro la misa dominical? ¿Busco la misa más breve? ¿Cómo me preparo para la recepción de los sacramentos? ¿Como doy gracias por haberlos recibido? ¿Cómo es mi comportamiento en los lugares sagrados? ¿Valoro los sacramentos y procuro que aquellos que dependen de mí los reciban?
- Lex vivendi. Quizás sea el aspecto que más tenemos examinado si frecuentamos el sacramento de la confesión. ¿Qué cosas hay en mi vida que no corresponden a una vida coherente con la fe cristiana? ¿Que propósito hago de corregirlos? ¿Por qué no avanzo en este aspecto y caigo siempre en las mismos pecados y defectos? ¿Sé que consecuencias tiene la fe en mi vida social y laboral; o lo vivo como cosas distintas y que no tienen relación?
- Lex orandi. ¿En qué se concreta mi oración? ¿Siento necesidad de orar diariamente o sólo cuando tengo problemas? ¿Tengo unos momentos marcados en mi jornada para dedicarlos a Dios? ¿Mi oración consiste sólo en repetición de fórmulas aprendidas ( oración vocal) o intento entrar en un diálogo personal con Dios mediante el ejercicio de la meditación? ¿Mi oración vocal es consciente o termina siendo rutinaria y por mero cumplimiento? ¿Utilizo algún material para la meditación? ¿Tengo algún método para meditar? ¿Es mi oración trinitaria, es decir, dialogo con Dios Padre, con Dios Hijo y con Dios Espíritu Santo? ¿Es mi oración un simple trato mercantil de "te doy si me das"? ¿Es mi oración solo de petición o también es alabanza, adoración, acción de gracias, intercesión? ¿Procuro "practicar" los diferentes tipos de oración?
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